Alma de maniquí


En 1912, un sastre austríaco de nombre Franz Reichelt intentó probar la efectividad de su invención: un traje aerostático. El 4 de febrero del mismo año, subió a la cima de la Torre Eiffel (en ese momento, la construcción hecha por el hombre más alta del mundo), con el objetivo de probar el traje él mismo.

Frente a cámaras dispuestas a filmar el acontecimiento, y luego de varios segundos de "juntar coraje", Reichelt se lanzó al vacío con su traje, cayendo de lleno sin ni siquiera tomar vuelo, y dejando un hueco en el suelo.

Que chabón, la primer pregunta que se te viene a la mente es "¿Y por qué se uso a si mismo?". Por ahí había leido que el tipo ya había probado a varios maniquís y su invento había fallado, pero se excusó diciendo que era necesario un hombre que fuera capaz de tomar vuelo abriendo sus brazos.

No sé si lo calificaría como un pelotudo, sino como un hombre que tenía mucha fé. Otro ejemplo más de que la fé por si sola no hace un carajo.

Ahi en el videito se puede ver como miden el hueco que dejo en el suelo.


Video

Fuente

1 comentarios:

M.M. dijo...

Se puede decir que dejó su marca en este mundo