Morirse por tapita

Había una vez un dramaturgo que era muy famoso. Le gustaba el mar y escribir sobre tranvías, rosas, gatos y otros animales. Tanto escribía y escribía que hasta llego a ganarse el respeto de muchos dramaturgos como él. De hecho le dieron el Premio Pullitzer DOS VECES! Era realmente un verdadero talento.
Su madre decía que era el chico mas lindo del mundo entero, pero a mi me decían lo mismo y escribo post en un blog de morondanga.

No seas boludo, llevalas al Garrahan.

Un día, este famoso y querido escritor, se le fue la inspiración. La había perdido y no sabia donde: la busco, la busco y no la encontró por ningún lado. Hasta que finalmente llegó a su puerta el muy querido "alcohol", que combinado con las drogas y calmantes lo dejaron para la miseria.
Sin embargo, no todo fue feo en su vida, ya que un frio día de invierno de 1983, Tennesse Willliams se murió por tragarse la tapita de una botella.
Los rumores dicen que estaba juntando tapitas para canjearlas por unas papas fritas, pero como estaba tan drogado que en vez de ponérsela en el bolsillo pensó en comérsela. Otros rumores también cuentan que cuando se la sacaron no la tiraron a la basura, si no que ahora esta en la Fundación Garrahan.